Cambio Climatico

Cambio Climatico

Según el informe de la IUCN sobre el estado de todos los sitios del Patrimonio Mundial (Osipova et al., 2020), las invasiones biológicas, el cambio climático y el turismo, suponen las principales amenazas para la conservación de espacios representativos. La amenaza asociada a estos tres grandes factores en combinación es importante, y aumentará en el futuro, comprometiendo la conservación a largo plazo de los valores naturales del espacio protegido. El cambio climático puede promover la expansión de las invasiones biológicas de múltiples maneras: 1) favoreciendo su dispersión a través de grandes distancias mediante una mayor frecuencia de eventos extremos como inundaciones o tormentas; 2) permitiendo la expansión de en zonas hasta ahora inaccesibles por su temperatura, como la alta montaña o elevadas latitudes; 3) promocionando su tasa de crecimiento, lo que supone un mayor impacto (de depredación, pastoreo o competencia) sobre las comunidades nativas; 4) disminuyendo la eficacia de algunos métodos de control ante altas (Gordon et al., 2022).

Las respuestas específicas de cada especie, nativa o invasora, al cambio climático son complejas y diversas, dependiendo de su ciclo vital y de la estrategia de colonización. Las especies invasoras son a menudo abundantes, toleran un amplio rango de condiciones ambientales, y poseen rasgos funcionales muy competitivos (por ej., alimentación generalista, cosmopolitas, multi-voltinas, con elevada plasticidad fenotípica), características que les dotan de una gran capacidad de adaptación a cambios medioambientales. Los efectos del cambio climático afectarán a todas las etapas (introducción, establecimiento, dispersión e impacto) que conforman el proceso de invasión, así como a la eficacia de los métodos de gestión. Resulta por tanto necesario profundizar en el conocimiento de las vías de entrada y vectores de expansión, y cómo evolucionarán en un contexto de cambio climático, con el fin de generar medidas de adaptación en las políticas de planificación y gestión de los espacios protegidos (Carantoña & Hernández., 2017). Las proyecciones contenidas en el quinto informe del cambio climático publicado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC 2017) indican incrementos en la temperatura de 1.1 - 2.9ºC para el escenario más “optimista” y de 2.4 - 6.4ºC para el escenario más “pesimista” para el fin de este siglo. Como fue expuesto, este cambio tendrá efectos en la dinámica poblacional de muchas especies, como contracciones, expansiones y migraciones en sus distribuciones (Jenouvrier et al., 2017).

En la entrega de mayo del 2017 del Centro de Predicciones Climáticas NCEP/NWS se indica que los valores semanales del índice de El Niño aumentaron 0.5ºC en las regiones muestreadas, lo cual indica cambios ligeramente positivos en el contenido de calor de la capa alta del océano y fortalecimiento por encima del promedio en las temperaturas de profundidad, disminuyendo la probabilidad de un próximo evento. Este fenómeno no es periódico y se presenta, a intervalos de 3 y 11 años (Reyes., 2001). Estos efectos de contracción y expansión a consecuencia del cambio en el clima ya han sido reportados en función de su adaptación evolutiva tanto en especies de mosquitos Aedes acgyptii (Hoffmann & Sgrò., 2011) y Bactrosera dorsalis (Sridhar et al., 2014), como en ensambles de lagartijas (Sinervo et al., 2010) y en aves (Green., 2010). Jenouvrier (2017) reporta modelos clima-dependiente donde el tamaño de las colonias disminuye más de un 50% a partir de su tamaño actual hacia el 2100 en Aptenodytes forsteri.

Por otra parte, se debe considerar que la forma clásica en la interpretación de estos efectos en la distribución de especies marinas se basa en dos premisas mencionadas por Camus (2001): (a) que hay algún tipo de correlación entre condiciones hidrológicas y distribución, y (b) que la distribución obedecería primariamente a procesos de dispersión pasiva ligados a la circulación, donde los valores de las variables físicas imponen el término de la distribución de las especies (hipótesis del “Species Border”, Vuilleumier., 1994) en función de sus límites de tolerancia.

En Chile las condiciones son particularmente favorables para aplicar modelos de distribución en sentido de la latitud (Ekman., 1953), basado en la dirección (sur-norte y norte-sur) y gradiente ambiental latitudinal que, según Brattström & Johanssen (1983), implica una alta probabilidad para las especies de encontrar hábitats propiciosdurante su dispersión (Livezey & Humphrey., 1986). De acuerdo con lo anterior, la evaluación del efecto de las variables climáticas en los patrones de ocurrencia de las especies es importante para estimar el grado en que la especie puede cambiar su rango geográfico, y como estas pueden ocupan áreas donde las condiciones climáticas son más favorables (Harris et al., 2014, Plasencia., 2014). En este sentido hay una buena oportunidad de integración de información, tales como los fenómenos de gran escala como El Niño o ENSO (El niño Southern Oscillation, por sus siglas en inglés) en las Eco-Regiónes, ya que el problema del cambio climático global está produciendo cambios en la distribución y abundancia de las especies (Green., 2010) así como también un efecto de migraciones de personas a causa de este (Felipe., 2018).